¡Oh, Reyes que llegáis desde el Oriente,
y os acercáis en plena madrugada!
Mi alma esta noche va muy desvelada;
espera de lo Alto, algún presente.
Se detiene en soñar, lenta, mi mente.
Miro la noche, hoy, tan estrellada.
Entre tanto que llega la alborada
rebusco un lucero mas luciente.
¡Oh Reyes Magos que venís de lejos!
con oro, incienso y mirra tan añejos
mas son promesas de algo muy real.
Esfuerzo, reverencia y salvación.
Ajardinar el mundo y la oración
viviendo el Reino ya, desde el Portal.
Alfredo Rubio de Castarlenas (1919-1996)
(Soneto XXIX de «60 Sonetos perdidos»)