Murtrear es un verbo que se aprehende murtreando. Es decir, estando en la Murtra: inspirando y expirando silencio; viéndotelas con la soledad, esa donde estás realmente solo y donde todos estamos.
Murtrear se encarna en experiencias como la acogida del otro -el extraño y el conocido-, donde uno también es el acogido. O tomando forma de vientre -como la del claustro abierto-, para que, diversas realidades y personas, se alimenten de uno y crezcan.
Murtrear, cuando se conjuga bien, posibilita ser uno con el tiempo y el espacio. Recoger en cuerpo y alma lo que se es y lo que se ha sido; tomar consciencia del lugar donde se está parado y del camino recorrido.
Murtrear es un verbo mayor que siempre pide ejercitarlo, sobre todo con humildad. Los límites siempre se están rozando cuando se murtrea.
Murtrear es la posibilidad de convivir con personas a las que no has escogido y, al igual que con la familia, el tiempo te descubre que la vida late en todos por igual y aprendes a estimar en su naturaleza.
Murtrear es un regalo: se recibe sin ser esperado, sin ser buscado. Y es para compartirlo.
Murtrear es un encuentro personal con el Amor.
Javier Bustamante
2 comentarios
Con mucho gusto comento el poema de Rubio -que no recordaba- y este artículo de Bustamante (no he leído los demás). Toda la hoja, la web, respira frescor, se nota que sois personas que murtrean cada día, tanto Javier como los que llevan esaMurtra, todos. Seguid p’alante, que Dios les bendiga. Juan Miguel
Soy cristiano con un profundo amor a Israel,como Pablo de Tarso.Considero mi mentor y maestro a imitar al profeta Elias,que MURTEABA constantemente con el Señor en la soledad y el silencio.
La paz del Señor sea con todos vosotros.