No te tengo delante, pero sé
que siempre Tú estarás junto a María.
Si a Ella en un icono, la veía,
bien me pide que honor también te dé.
Abrahán y David, te dieron Fe.
Y la esperanza que languidecía
en Israel, en Ti se inflamaría
porque eres Justo y bueno, San José.
¡Oh, varón de dolores y de gozo!
hacia el cielo cavaste un largo pozo
y por allí, nos vino el Agua Viva.
¡Recio Patriarca, tan enternecido!
en tus brazos tuviste al Dios nacido.
Te fuiste a prepararle la otra riva.
Alfredo Rubio (viernes 3 diciembre 1993)