“Gracias por seis días maravillosos. Hace un par de meses, en Santiago, me sentí muy agobiada. Recuerdo haber pensado: ‘ni todo un desierto alcanza para la soledad que deseo hallar. Quiero estar sola y tener espacio’. Bueno, ¡deseo cumplido! Hoy agradecí que ese deseo se hiciera realidad. Y celebré el estar viva y vibrando con el desierto… Me he sentido libre, parte del entorno. Gracias al viento, al silencio y a la naturaleza tan sanadora. Gracias a las estrellas por deslumbrarme con tanta luz. Gracias al sol que dio otro tono a mi piel, que me acarició con su calidez, a la tierra, a la belleza, al universo.
Gracias por sentirme acogida con amor por cada uno de ustedes y por la madre tierra. Y a lo que llamo ‘la Verdad de la Vida’ por estar siempre ahí conmigo, y por haberme dado el regalo de una vida donde poder elegir qué camino tomar.
Mi propósito a mi regreso, desde ya, es seguir abriendo mi corazón a confiar, a amar y a vivir sin miedos… He de disfrutar mi vida, el aquí y ahora, y ser gentil en cada paso que vaya dando. El amor lo es TODO. (C.O.)