«… Aquí en la Murtra Santa María del Silencio se logra conectar con esa paz interior que sólo Dios, nuestro Padre, nos regala con su suave brisa… aunque estos días han sido de mucho viento, pero en él también logramos entrar en contemplación con las grandes maravillas que nos ofrece el desierto, sus colores, las personas que trabajan sacrificadamente sus artesanías, su religiosidad popular llena de alegría y sencillez de compartir con otros… aquí se hace más fácil reconocer y dar gracias por toda la creación de Dios…»