encuentran la muerte.
Yo en la de Belén
bien hallé mi suerte.
¡Cueva de Belén!
Nació nuestro bien.
No hay luz en las cuevas.
Aquí sólo había
un gran resplandor
¡La noche era día!
¡Cueva de Belén!
Nació nuestro bien.
De esa buena cueva
nuevo sol salió.
Ya en la humanidad,
siempre amaneció
¡Cueva de Belén!
Nació nuestro bien.
Alfredo Rubio de C.