“Guardar silencio no significa meramente no decir nada, sino prescindir de las oportunidades de huir y mantenerme tal como soy. Renuncio no sólo a hablar, sino también a todas aquellas ocupaciones que me apartan de mí mismo… En el silencio me obligo a estar conmigo… En el silencio descubrimos cómo estamos. El silencio es como un análisis de nuestro estado: ya no nos engañamos a nosotros mismos, sino que vemos lo que ocurre realmente en nosotros.”
En “Elogio del silencio”, de Anselm Grün
“La vida más serena no es probablemente la que idealiza las relaciones afectivas, sino la que se identifica con la conciencia.
La conciencia de existir, de ser.
Por encima de todo.
Cueste lo que cueste.
En soledad.”
En “El arte de estar solos”, de Valerio Albisetti
«¿Cómo poder encontrar a Dios que se halla en el recogimiento, en la quietud, cuando toda la vida moderna es fiebre de acción: acción lucrativa o acción de diversión… pero todo es moverse, moverse, hasta llegar rendido a dormir para olvidar y no tener un rato para estar a solas consigo mismo?”
S. Alberto Hurtado
“Dios no nos pide que nos apresuremos, al contrario, no le gusta. Tan sólo desea que obremos en la medida de nuestras fuerzas, tranquilamente, sin rendirnos de cansancio y sin agitarnos. Hacer cada cosa por separado, como si no tuviéramos más que hacer en ese día”.
Dolores González (Tante)
“La soledad física, el silencio exterior y el recogimiento real son moralmente necesarios para todo el que quiera llevar una vida contemplativa, pero, como todo lo demás de la creación, no son más que medios para un fin, y si no comprendemos el fin, haremos un mal uso de los medios.
No vamos al desierto para huir de la gente, sino para aprender el modo de hallarla; no dejamos a los hombres para no tener nada que ver con ellos, sino para aprender el modo de hacerles el mayor bien. Pero este es sólo un fin secundario.
El fin que comprende a todos los demás es el amor de Dios.”
Thomas Merton
“Cuando te retires para orar a solas… cuida de que no quede nada en tu conciencia, excepto la escueta intención de tender a Dios. Manténla despojada de toda idea particular acerca de Dios (cómo es en sí mismo o en sus obras) y conserva sólo la conciencia de que es como es. Déjale ser así, te ruego, y no le fuerces a ser de otro modo”.
Anónimo, La nube del no saber
“El fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz”.
Madre Teresa de Calcuta
“No hay más diálogo verdadero que el diálogo que entablas contigo mismo, y este diálogo sólo puedes entablarlo estando a solas. En la soledad, y sólo en la soledad, puedes conocerte a ti mismo como a prójimo, y mientras no te conozcas a ti mismo como a prójimo, no podrás llegar a ver en tus prójimos otros yos. Si quieres aprender a amar a los otros, recógete en ti mismo”.
Unamuno
“Paseaba conmigo mismo a la puesta del sol por la orilla del mar y solía darme a esta especie de recreo para desentenderme un poco de los enojosos quehaceres ordinarios.”
San Gregorio Nacianceno
“La soledad se sufre cuando se te impone, pero si la buscas por ti mismo es un regocijo.”
Miguel Bosé, cantante y actor español
“¿Por qué se rehuye la soledad? Porque son muy pocos los que se encuentran en buena compañía consigo mismos.”
Carlo Dossi, escritor italiano (1849-1910)
«La característica de la soledad es el silencio, así como la palabra es la característica de la comunidad. Silencio y palabra guardan la misma relación que soledad y comunidad. Una no existe sin la otra. La recta palabra nace del silencio y el recto silencio nace de la palabra.”
Bonhoeffer
“Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.”
Pablo Neruda
“Después de mis primeras etapas, en donde había movimiento, acción, máquinas, me fui acercando a lo que significaba el silencio en la obra. Sobre todo a un silencio interior, un silencio íntimo, pero que de hecho podría ser el silencio que sentimos al sumergirnos en el fondo del mar, o el que sentimos al estar a miles de metros de altura en el espacio. Y es este silencio el que tiene que ver con lo que es la inutilidad de la propia obra de arte, es decir, normalmente no sirve para nada y el silencio es el acento de esta inutilidad afortunadamente necesaria.”
Riera i Aragó, pintor
“La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos transcurre amenamente.”
Erasmo de Rótterdam
“Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.”
Ernest Hemingway
“Mi arma mayor es la plegaria muda”.
Mahatma Gandhi
“P – ¿Cree que va a venir un gran silencio?
R – Es muy divertido lo que usted dice porque mi próximo libro, ‘Páginas en blanco’, tiene que ver con eso, y además es la frase clave de un discurso que tengo que pronunciar en Guadalajara sobre Juan Rulfo. Si Heidegger hablaba de la fundación del ser por la palabra, yo digo como síntesis del trabajo de Rulfo: la fundación del ser por el silencio. Y ‘Pedro Páramo’ está hecho de silencio. Así que me encanta que usted haya pronunciado esta palabra en la entrevista, ésa es la clave: la fundación del ser por el silencio”.
Entrevista a Nicanor Parra, en 1992
“Tú ves mis cinco dedos, y cualquiera puede ver los espacios vacíos entre mis dedos. Pero normalmente tú no verás los espacios vacíos; verás cinco dedos. Sin embargo, los espacios vacíos son más reales. Los dedos vienen y van, los espacios permanecen. Entre los sonidos de la música hay espacios de silencio. La auténtica música no consiste en los sonidos, sino en los espacios. Los sonidos vienen y van; los espacios permanecen. Y la música puede hacerte consciente de esos espacios con mucha más belleza que cualquier otra cosa”.
Bhagwan Shree Rajneesh
«Todo lo humano es ambiguo, y la soledad también lo es. Hay que dejar clara la diferencia entre soledad y aislamiento. Si los confundimos, se puede emprender un camino que conduzca más a una patología que al desarrollo de la persona. Una de las tragedias del hombre actual es que siempre está en otro sitio de donde está, por la cantidad de cosas que tiene que hacer. Es el eterno ausente, y precisamente porque no se sabe quedar solo. La soledad, la buena, está hecha de relaciones. En la soledad buena yo no niego mi capacidad de relacionarme. Es posible que el otro no esté físicamente presente, pero me sé y me siento en relación con él. Entonces, mi soledad está como poblada por algo (por un recuerdo, un libro, una audición de música, lo más hondo de mí mismo) o por alguien que, estando en el fondo de mí mismo, no me encierra en mí».
Jennyfer Díaz