“Al dejar estos lugares, las personas, recuerdo la frase de un salmo: “Que el Señor bendiga tus entradas y salidas ahora y por siempre”. Es así que siento que los caminos, con sus largos itinerarios, quedarán expeditos, abiertos, los corazones en comunión, desde la esperanza clara que en los nuevos encuentros, entradas, seremos aún más fraternos… Gracias por todo, por tanto!” (T.O. febrero 2012)