“… Llegué con mi copa contaminada, cargada y opaca. Me retiro con ella repleta de Amor, pura y cristalina, brillante de Luz. Me he nutrido, he calmado mis aguas, he vivenciado el Amor, la Caridad, el respeto, la entrega, la humildad, la transparencia, el servicio,… Agradezco a la Divinidad se manifieste en espacios como la Murtra Santa María del Silencio. En ella nada es casual, todo tiene un bello sentido, nada falta, nada sobra…” (C.M. abril 2011)