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Author: Murtra Santa María del Silencio
Detrás de la Murtra Santa María del Silencio hay un grupo de personas sensibles a la necesidad que tiene el mundo de hoy de lugares donde poder detenerse y contemplar la realidad desde la soledad y el silencio.
El pasado 5 de agosto se realizó en la Murtra un taller para adquirir hábitos saludables para nuestros huesos, dirigido principalmente a mujeres con osteopenia, osteoporosis, artrosis, dolores articulares y también para quienes quieran prevenir la descalcificación. La facilitadora del taller, Gloria Bochaca, nutricionista, asistente social y acompañante espiritual entregó pautas sobre movimiento, respiración y una alimentación idónea para tratar este tipo de enfermedades o dolencias. Se creó un clima de mucha confianza que posibilitó adentrarse en aspectos personales y en cómo aprender a cuidarse y a cuidar.
El taller Ckaitchi es un espacio donde los huéspedes de la Murtra Santa María del Silencio pueden experimentar y crear con sus manos, trabajando la arcilla y creando diversos objetos cerámicos. El trabajo manual es un excelente aliado de la soledad y el silencio ya que posibilita que el proceso que cada persona necesite hacer durante su estadía en la Murtra, no sea solo un proceso mental o espiritual sino un itinerario que engloba a toda la persona: cuerpo, mente y espíritu.
«Tenemos, dicen, cinco sentidos. Imagínate que Dios nos diera un sexto sentido: lo estrenaríamos con gozo y sorpresa, como si fuera, por ejemplo, captar las ondas infrarrojas o ultravioletas. El ir descalzo es un nuevo canal de percepción del mundo, volver a captar ondas, radiaciones,… Y el palpar con las manos, a la vez que con los pies tocamos el suelo, es fuente enorme de sensaciones, contactos, conocimientos.» Este es uno de los fragmentos del folleto «Descalzos» de la colección Oasis. A través de sus páginas, presentamos una recopilación de algunos de los pensamientos que Alfredo Rubio de Castarlenas, transmitió…
“Mamá, no te preocupes, aunque yo me quede ciego, igual voy a ser feliz”… le dijo hace días atrás Agustín, un niño de seis años, a su madre. Él nació con una grave deficiencia de visión, solo ve sombras, pero el diagnóstico es que en un tiempo más se quedara ciego. Actualmente asiste a un colegio para niñas y niños invidentes a fin de aprender braille y poderse manejar por la vida. Pero Agustín ve más allá de lo que sus ojos le permiten. Vio a su madre triste porque el médico le comunicó que la ceguera de Agustín se…