“Si yo tuviera que elegir uno solo entre los recuerdos de la ciudad de Belén, que he tenido la fortuna de visitar dos veces, sé que me quedaría, sin vacilar, con el de aquella puertecilla de entrada a la Basílica de la Natividad, aquella puerta de sólo un metro veinte de altura por la que sólo los niños podían entrar sin agacharse. Recuerdo que, a mi lado, el guía franciscano explicaba que esa entrada se hizo así en la Edad Media para evitar que los jenízaros pudieran penetrar en el templo a caballo, aterrando y descabezando a los fieles en oración. Pero yo no le oía. Estaba descubriendo en mi interior otra razón más alta: que a Dios sólo se puede llegar de dos maneras: o siendo niño o agachándose mucho.” (José Luis Martín Descalzo)
1 comentario
Me agrada mucho este pequeño y a la vez gran comentario. Sí, Dios se hizo hombre para llegar a todo ser humano, empezó siendo niño, nosotros también tenemos que ser muy sencillos, sin ponernos ningunas grandezas si queremos relacionarnos en profundidad con Dios y así ir pareciéndonos más a Él