El viernes 26 de mayo vinieron a la Murtra Santa María del Silencio, setenta jóvenes entre 14 y 17 años de un colegio de Calama. El propósito: hacer experiencia de silencio. Aunque el día estaba nublado y ventoso, no fue obstáculo para que durante un rato estuvieran cada uno de ellos tumbados en el suelo, al aire libre, acariciados por el viento, percibiendo el silencio, contemplando la naturaleza. Llama la atención teniendo en cuenta que el silencio, como señalaba el P. Alvaro Ginel Vielva, no es asignatura en los programas de enseñanza en la escuela. El silencio es materia extraescolar. Sólo la cursan algunos. Es una asignatura optativa. ¡Lastima! Hay optativas que son esenciales, pero no nos hemos enterado…
Al terminar, los jóvenes valoraron muy positivamente el ejercicio. Por ello, iniciativas como ésta son dignas de aplaudir y replicar.