El Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido es una campaña -creada en 1996 por el Center of Hearing and Communication (CHC)- de concienciación sobre este contaminante ambiental. Esta campaña se conmemora el último miércoles de abril de cada año. En el 2017, será el miércoles 26 de abril.
Actualmente, el impacto del ruido en la audición, la salud y la calidad de vida está totalmente aceptado y demostrado por un gran número de estudios científicos y médicos. El ruido se ha convertido en un problema de salud pública y está considerado como un agente contaminante del mundo moderno, el agente contaminante “invisible”.
El ruido, como otros agentes contaminantes, produce efectos negativos en el ser humano, tanto fisiológicos como psicosomáticos, y constituye un grave problema medioambiental y social. La lucha contra el ruido es una acción individual y colectiva, el ruido no lo hacen solo los demás, sino que lo hacemos todos.
El colegio inclusivo Tres Olivos es un centro de integración preferente para alumnos con discapacidad auditiva, de allí su preocupación por el tema de la calidad del sonido desde su construcción. El edificio se diseñó de tal manera que sus aulas respetasen los estándares de inteligibilidad del habla. El control del ruido y el respeto por el silencio hacen parte del proyecto educativo no sólo porque en el centro estén cursando sus estudios 102 alumnos con discapacidad auditiva sino porque son conscientes del cansancio que genera para todos estar sometidos a ruidos y de cómo los ambientes ruidosos perturban los aprendizajes. En las aulas los profesores hablan con un nivel de emisión suficiente para ser escuchados, y con una buena vocalización. Además se ha prestado un cuidado especial al seleccionar los muebles y equipos para reducir la emisión de ruidos, un ejemplo de ello es que las patas de las mesas y sillas están dotadas de protectores de fieltro y se desaconsejan los estuches metálicos.
La psicóloga Teresa Criado Calero en una conferencia que dio con el título “Baja el volumen”, sobre las repercusiones físicas y psicológicas que el ruido produce, hizo énfasis en la necesidad de vivir el “silencio” y de cambiar la “cultura ruidosa” por la “cultura silenciosa”.