Las experiencias personales, la propia subjetividad, no representan criterio suficiente para autentificar el encuentro con el Dios siempre mayor. Kaufmann advierte contra las espiritualidades baratas o “a la carta”. Ella no propone una espiritualidad refugio sino una espiritualidad que se atreve a salir en busca de la Verdad, sea cual fuere el costo personal que ésta nos exija: “Esta verdad es la radical pobreza, que acepta la ambigüedad del ser y al mismo tiempo confía y se goza con el amor y la misericordia que nos hace ser. Me parece actualísimo hoy en que se busca de nuevo y a…
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