El gozo de existir: epifanía de Dios
La vida nueva de Jesús, sólo puede venir si dejamos la anterior. Las tinajas se llenan de vida nueva con agua del pozo de nuestro manantial. Y al salir de nosotros, esta agua, se convierte en vino de vida, de alegría, de amor. Cada uno de nosotros somos una tinaja, no estamos vacíos, sino que estamos llenos de vida, que cuando se celebra, es decir se entrega, se convierte en vino que embriaga, que convierte todo encuentro en una fiesta.
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