
“Los que no mueren son los que no existen. Morir es la prueba de que he tenido el gozo de existir. Y aunque no hubiera nada para nosotros después de nuestra existencia terrena, aunque mi mismo yo se aniquilara, valdría la pena, aún así, haber existido: haber visto un amanecer o un atardecer, una rosa, o haber sentido una mano amiga; haber acompañado a otra persona, también existente, con nuestro amor, en su gozo o en su dolor”. “Sólo aquel que abraza con alegría el hecho de morir,...